miércoles, febrero 20, 2008

Rajoy la caga

Vuelvo al mismo tiempo que la quinta temporada de The L word y no puedo más que mostrar mi asombro por el gran parecido que hay entre ficción y realidad. Las seguidoras de esta serie asistimos aterradas a cómo la sociedad yanqui, esa que ha aceptado que Bush sea su presidente durante dos legislaturas, sigue vetando a los homosexuales su visibilidad en el ejército. ¡Hay esa pobre Tasha qué mal lo está pasando!
Pero por aquí, lamentablemente, hay algunos que le van a la zaga, y sino que se lo pregunten a Rajoy y su guardia pretoriana -los señores Acebes y Zaplana- queriendo quitarnos los derechos que hemos adquirido. Están convencidos de que no debemos adoptar niños y de que una unión de dos personas del mismo sexo no se puede llamar matrimonio. Habría que preguntarle a esos señores del Opus si se le puede llamar matrimonio a una unión sólo concebida para tener críos.
Afortundamente, hay alguien empeñado dentro de su propio partido en ponerle piedras a Rajoy en la campaña para que la cague y se caiga con todo su equipo -¡bien!-. Ojalá sea así y se abra el paso a la gente más moderada del PP, dentro del que por supuesto también hay un buen puñado de gays y, algunos de ellos, en puestos de mucha responsabilidad. Léase alcaldes de algunos municipios costeros andaluces, de esos que andan ahora a vueltas con el urbanismo. La solución quizás sería que salieran del amario.

viernes, febrero 01, 2008

Disculpas tecnológicas

Lo sé. Llevo demasiado sin escribir en este blog, pero las circunstancias son más persistentes que yo: he estado sin tener conexión segura a internet prácticamente desde que escribí el último post y he sido incapaz de solucionarlo. Obviamente, yo no soy como Bette, porque ella habría llamado inmediatamente al servicio técnico de Telefónica para que lo arreglara sin importarle cuánto le clavara. Yo he esperado, primero, con el fin de ver si se solucionaba o no por arte de magia. Después de varios meses comprobé que no era algo coyuntural, sino estructural, así que decidí ponerme manos a la obra e intentar arreglarlo por mí misma. Misión imposible, a pesar de que reconfiguré la conexión a Internet, volví a rereconfigurarla y expuse mi gran problema en todos los foros de la red (sin encontrar solución alguna, he de decirlo). Finalmente, opté por mandar un mail desesperado a Telefónica para intentar encontrar ayuda. El servicio técnico me remitió un correo diciendo que intentaría solucionar mi caso, pero la insistencia de mi novia ("no podemos estar así, no podemos estar así...") motivó que, en un acto de valentía, me decidiera a re instalar (pongo en rojo el re porque me parece toda una osadía tal desafío informático) el windows y ¡oh, zeus!...¡¡¡funciona!!! Y no sólo funciona el pc, sino también he sido capaz de conectar mi pc a internet, el pc que acaba de comprarse mi novia y la palm que yo me he comprado, ¡¡¡todos accediendo a conexiones seguras!!! Tenemos una red wifi de primer orden... Sólo que... Somos dos personas en la casa, con tres ordenadores y una palm: digo yo que ¿puede resultar un poco excesivo?... Cada vez lo tengo más claro: las homosexuales treintañeras nos rodeamos de excesos consumistas (que si un teléfono de último modelo, que si un mini, que si el viaje de ensueño a Birmania...) y los heterosexuales, de hijos. ¡Puestos a elegir, viva el consumismo!