martes, noviembre 30, 2010

"¡Soy un chochobravo!"

No sé si os pasa a vosotras, pero a mí, de vez en cuando, hay una palabra que me impacta, me golpea y me hace entrar en un dimensión desconocida de la realidad. Eso me pasó el otro día, lo confieso, con una colega reciente que, hablando sobre ella misma, se definió como un "chochobravo". "¡Yo soy un chochobravo!", dijo para ser exactos.

Para mí aquello fue de repente una puerta abierta a la inspiración. Supongo que lo habéis notado, pero llevaba ya una cuantas semanitas sin aparecer por aquí. Además de porque ando con los chakras algo desequilibrados, también se debe a que la maldita inspiración no llegaba: ando perdida en otras lides y, con los años, la opción multitarea la llevo un poco atascada, así que no he encotrado el momento de contar algo interesante a la par que divertido o golfo a la par que sorprendente... 

En fin, fue escucharla y pensar "carne de blog", así que yo, muy educada, le pedí permiso: "¿Me dejas que lo cuente en mi blog?" "Por supuesto". Lo apunté en la libretita que me he agenciado para que no se evaporen las ideas -sí, me suele pasar que pienso que algo sirve para escribir una entrada pero se me olvida en cero coma-. Así que dicho y hecho. Aquí estoy intentando definir qué es un chochobravo, palabra que no había escuchado hasta el momento pero que, para negarlo, tiene su lógica: ¿por qué un tío puede ser un pichabrava pero una tía no un chochobravo?

Esta colega me acercó por su propia cuenta bastante a la definición de lo que es un chochobravo: "Yo es que soy mu sexual y me hace falta hacerlo todos los días". Joder, y eso que no tiene pareja, pensé yo. Así que supongo que se hartará de ligar con niñas monas que andan por ahí solas. Aunque también existe la opción de la autosatisfacción -pedazo de eufemismo que me ha salido, que parezco ya política y todo, vamos- y dedicarse a bravear en cama propia y sola.

Aunque no lo parezca por lo que cuento en este blog, a veces soy bastante cortada y la verdad es que no me atreví a seguir preguntándole porque la conversación discurrió por otros derroteros: básicamente nos dedicamos a hablar de la paella que nos zampamos y, como ya se sabe, que mezclar sexo y comida no es de buena educación, pues me callé de forma prudente. Pero después he seguido dándole al coco, oye tú. ¿Es posible convertirse en un chochobravo? ¿Un chocobravo nace o sea hace? ¿La libido da para tanto?

Al margen de estas dudas existenciales, lo que sí tengo claro es que esta colega se ha convertido en mi ídolo: yo también quiero convertirme en un chochobravo. ¡Y viva el bollerío!

martes, noviembre 02, 2010

Cavernícola Rajoy

¿Pero como este tío puede cuestionar el matrimonio homosexual a estas alturas? Sirva este post serio para, simplemente, mostrar mi cabreo porque si Rajoy llega a ser presidente del Gobierno es posible que nos quite un derecho que nos ha costado mucho ganar.

Sí que me gustaría preguntar a aquella gente que es del PP y homosexual -los hay y bastantes- o a aquellos que son del PP y basante más progresistas que Rajoy qué piensan sobre estas declaraciones. Un poquito de pataleo no vendría nada mal.