jueves, septiembre 29, 2011

Alice, expulsada de un avión por besar a su novia

No. No es el argumento de un capítulo de 'The L Word'. Es algo que ha sucedido en realidad: Leisha Hailey fue expulsada el otro día de un avión por pegarse el lote con su novia. Así lo ha denunciado ella misma a través de su cuenta de Twitter, ese invento del maligno al que se han apuntado ahora los famosos.

La aerolínea Southwest, con la que viajaba, se defiende y niega que fuera homofobia. Argumenta que el comportamiento de la actriz era "excesivo". Y aquí es donde me pregunto yo, ¿qué es un comportamiento excesivo? A mí se me han quedado más de una vez mirando por darle un beso a mi pareja en la calle, lo que se considera un piquito, vamos. Más de una vez he pensado que a algún colega se le salía el cuello de la mirada que nos ha echado.

Para mí que aún incomoda a mucha gente ver a dos mujeres o a dos hombres besándose en un lugar público. ¿Será que da morbo? Tal vez. La prueba es que esta noticia lleva desde ayer entre las más leídas de elmundo.es. Yo creo que la solución es no cortarse, besar cuando te apetezca besar y morrear cuanto te apetezca morrear. Y a quién le pique, que coma ajos...

viernes, septiembre 23, 2011

Inseminación casera

Tengo amigas que de vez en cuando tienen ideas locas. ¿O quizás no son tan locas? Expongo aquí una, por si alguien la ha llevado a la práctica o conoce a alguien que lo haya intentado y pueda decirme si es o no viable.

El debate surgió anoche con unas copas de vino delante, hablando de uno de los temas preferidos de conversación de las lesbianas treinteañeras: la inseminación artificial. Que si es muy cara, que si es un proceso largo y laborioso... Fue en ese momento cuando alguien le propuso a mi amiga la Biendicha -hetero convencida y militante- llevar a la práctica esa idea loca:

-La próxima vez que te acuestes con un tío, guarda el preservativo, me llamas, voy corriendo, cogemos el semen y a ver si hay suerte y me quedo embarazada

-Ah, pues no es mala idea. Lo que deberíamos es mirar en Google cuál es la temperatura adecuada para  guardar el semen. Porque digo yo, que eso guardándolo a la temperatura que hay que guardarlo, aguanta, ¿no?- argumentó la Biendicha.

Mi memoria histórica me llevó al primer capítulo de The L Word, ése en el que Bette y Tina intentan quedarse embarazadas y recogen el semen del donante en un botecito que llevan en el coche. Oye, pues igual es posible hacerlo así a cascaporro... No puede ser tan fácil. ¿Verdad?


domingo, septiembre 18, 2011

De Tampax y gatos

Gato subido a mi MacBook captado por su webcan
Las vacaciones dan para mucho. Vaya que sí. La prueba es que tengo este blog abandonado desde hace ya varios meses: que si viaje de placer en julio, que si un agosto trabajando a toda máquina para cubrir las vacaciones de los compañeros, que si unos días en la playa para despedir septiembre. Pero, acabados los días de calor toca volver al ordenador y, mira por dónde, me ha salido un pareado sin haberlo buscado.

Chistes fáciles aparte y como decía en el comienzo del párrafo anterior, las vacaciones dan para mucho. Incluso para fomentar la vida contemplativa, diría yo. A eso básicamente es a lo que me he dedicado estos últimos días, varada en un bungalow de Caños de Meca para aprender a hacer nada. Cuidado, no a no hacer, si no a hacer nada.

Dentro de este hacer nada se incluye la contemplación, como he dicho antes: adoptar en la vida una actitud meditativa aún cuando no te encuentres meditando. La verdad es que no sé exactamente qué significa, pero ése es el consejo primordial de todos los meditadores expertos. Yo, como ya sabéis las que me leéis de vez en cuando, ando últimamente explotando mi vena mística, así que en este afán por encontrar la budeidad sólo me queda hacerles caso.

Para descifrar qué hay de cierto en ese consejo me he dedicado estos últimos días en Caños a intentar experimentarlo en mi propia carne: observar, mirar, ver, oír y dejar pasar lo que sucede a mi alrededor sin implicarme, observándolo pero sin implicarme. Y la verdad es que resulta muy, pero que  muy divertido, sobre toco con los personajes que pululan por estos lares gaditanos.

Para quienes no lo sepan, Caños de Meca es un destino gayfriendly, plagado de gays modernos tatuados y de parejas de lesbianas con perro de marca -no sé por qué, pero abundan las que tienen labrador- y mira tú por dónde que en el bungalow de en frente me ha tocado de vecinas una pareja de bollos de esas que flipan con los animales.

Las tías se han pasado los dos días que he coincidido con ellas cebando a los gatos que pululan por el complejo en el que están los bungalows, un sitio modernito y con piscina en la que se puede hacer nudismo. Yo, en mi firme intención de adoptar una actitud meditativa, me he limitado a observar. Con actitud respetuosa, pero a observar, sin implicarme, lo que incluye pasar de entablar relaciones sociales vacías con la peña.

La primera noche se la pasaron jugando con los dos gatillos más pequeños que acudieron raudos a su encuentro en cuanto olieron las gambas que estaban cocinando. Yo, que nada sé de estos animales, flipaba de cómo los entretenían con una simple cuerdecilla: una de ellas empezaba a agitarla delante del hocico de los gatillos y éstos se volvían locos persiguiéndola. Las tías estuvieron así varias horas y los gatos, pues también: jugueteando sin parar. 

Tan bien se lo pasaron los mininos que al día siguiente aparecieron por la mañana a primera hora maullando delante del bungalow de estas dos para despertarlas y seguir de juerga.  Y ahí fue cuando se produjo el incidente que rompió mi estado meditativo: al irse una de ellas en bolas a bañarse en la piscina uno de los gatillos, negrillo y más gamberro que el otro, le lanzó un zarpazo a todo el chumino sin mediar maullido.

Lógico: vio colgando el cordón del Tampax y pensó que aquello también era para jugar. Yo, sobra decirlo, tuve que implicarme y solté una gran carcajada que rompió para el resto de las vacaciones mi actitud meditativa y ecuánime.

Moraleja: no mezcles gatos y cuerdas de Tampax.