viernes, junio 08, 2012

Melones y bollos

¿Alguna vez has estado en esa incertidumbre de no saber qué te gustan más, si los melones de una chica o su bollo? Pues estás de enhorabuena porque al final te puedes decidir por ¡¡¡los melones bollo!!! Porque, tal y como afirma el cartelito de ahí a la izquierda, "estos son los buenos".

Una de las tesis que he defendido a lo largo y ancho de este blog es que la realidad supera siempre a la ficción. Ya hablé de las bolleras boyeras y de la cofradía del bollo, ambos posts basados en sucesos reales. Pues este cartel ha venido a refrendar aún más esa tesis que, no sé por qué, siempre se ve probada en asuntos bolleriles. 

Me lo topé ayer por la noche, cuando volvía a mi casa después de, para variar, echar unas cervecitas en compañía de mi amiga la Biendicha y Gatuna. Estaba ahí abandonadito y medio roto en la puerta de entrada a una frutería de mi pueblo. No puede aguantar la tentación de hacerle una fotillo y loarlo en este blog. Alabo, por supuesto, el buen gusto de sus creadores que, me parece a mí, no han caído en el juego que le puede dar a una mente perversa y que todo lo observa desde un punto de vista bolleril.

Y, para mí, lo mejor del cartel. ¿Cuándo has visto unos melones o un bollo con etiqueta negra? Nunca, verdad. Pues puede ser un buen hobby ese de poner etiqueta negra a los mejores melones o a los mejores bollos o, ¿por qué no?, al mejor conjunto artístico.

La pena que tengo es que no iba lo suficiente borracha como para mangar el póster porque, sin lugar a dudas, es un objeto digno de coleccionista.

* Me parto: he googleado Melones Bollo y me encuentro en su blog con esta petición: "Empieza el verano con Melones Bollo". ¡¡¡No dudes que lo haremos!!! Con los dos, con melones y con bollos. 

**Por cierto, se ve que la marca es muy conocida porque la anuncian primeros espadas de la tele como la Campo, Jordi González, Jorge Javier Vázquez o Arguiñano. Yo les recomendaría hacer promoción en el Orgullo Gay, seguro que la peña lo flipaba.

martes, mayo 22, 2012

¿Guetos?

Una caña, ya se sabe, puede dar para mucha conversación. Pues imaginaos para cuánta conversación puede dar una ruta de la tapa enterita. Y más si se hace acompañada por uno de estos mariquitas lengüetones con necesidad compulsiva de ser el centro de atención. Éste en concreto, evito dar nombres que el mundo de  internet puede resultar muy pequeño, quiere promover en el pueblo la creación de un barrio específico para homosexuales.

Entre pincho y pincho de tortilla y de chorizo con compota de manzana (¿a que es una mezcla rara? Y un tanto explosiva para el estómago) nos ha contado a sus acompañantes que la idea sería hacerle la competencia a Torremolinos y promover un súper barrio gay en un pueblo cercano, también de la Costa del Sol que estaría justo al lado de una de las playas más ambientadas de la zona.

"Algo con mucho estilo. Torremolinos para salir y mi barrio para residir", ha remarcado. Asegura que ya hay gente con ganas de invertir en montar negocios de ambiente por allí, así que, quien sabe, igual dentro de poco la tapa de chorizo con compota de manzana nos la comemos en la ruta de la tapa de ese fantástico nuevo barrio costasoleño consagrado al turismo gay y servido por un camarero macizorro semidesnudo, perfectamente bronceado y hasta con el gaznate tatuado en lugar de por la camarera del bar de la esquina que siempre nos invita a una cañita extra cuando vamos a pagarle.

Pero lo interesante no es el proyecto: lo interesante es el debate que ha surgido al hilo de la idea: "Pues a mí me parece muy mal eso de crear barrios de ambiente. Eso son guetos", ha protestado una de las colegas que venía en el grupo ¿tapero estará bien dicho? Creo que no, porque acaba de marcármelo en rojo el corrector, pero yo lo uso, porque de tapa, pues tapero, ¿no?

Yo hace unos años igual no hubiera estado de acuerdo con ella, pero a estas alturas sí que lo estoy. Con los matrimonios -de momento- legalizados y con una normalización total en la sociedad, ¿realmente es necesario aislarse en barrios? Siempre he estado a favor de la suma y no de la resta. Es normal que los iguales tiendan a juntarse: hay bares de moteros, a los que van aficionados de tal o cual equipo de fútbol, zonas residenciales en las que viven parejas jóvenes con niños... Es normal y natural en el ser humano agruparse y está bien, porque el grupo da seguridad, pero lo que no me gusta es que ese grupo se convierta en algo aislado, en un fin en sí mismo.

Así pues defiendo la libertad. Y yo, por mi parte, pues seguiré yendo al bar de la esquina a tomar la cañita y a relacionarme con los heteros convencidos, con los heteros dubitativos, con gays lengüetones y con quien se presente por allí. La vida está para vivirla.

domingo, febrero 26, 2012

Pecar para procrear

Más imágenes 'pecaminosas'
Pues parece ser que, según el Papa, no somos dignas de procrear. Según Benedicto XVI la unión entre un hombre y una mujer en matrimonio es el único "lugar digno" para traer al mundo a un nuevo ser humano, así que eso de la inseminación para tener críos, aunque sea casera tal y como cuenta Guada en el penúltimo comentario de este post de mi blog, nada de nada. ¡Pecado!

Así que ya sabéis, chicas, o a casasarse en una unión heterosexual para tener un crío o a pecar como locas acostándose con la novia, la novieta, la follamiga o el rollete de turno. Lo malo es que yo ya le estoy cogiendo gusto a eso de pecar. No sé por qué pero tentar al destino tiene un plus de satisfacción que aliña la vida. ¿Qué sería de nosotras si siempre le hiciéramos caso a las normas y a lo que está bien visto? Puaaffff... Qué rollo de vida.

Si me remonto a mi tierna infancia creo que desde siempre me ha molado un poco eso de ser pecadora. Desde que nací casi, vamos. Cuando era niña le cogí gusto a tirar vasos y platos al suelo con el único objetivo de ver ¡cómo se rompían! Quizás por eso mis padres y mis abuelos me decían que era mala, muy maaaalaaa...

Después pasé a cogerle gusto a pegar a los niños del cole: tampoco por nada, si no por ver cómo se retorcían de dolor y ¡¡me tenían miedo!! Hasta tal punto ha llegado mi afición por tocar las pelotas que ahora mismo me gano la vida siendo mala... Sí, aunque pueda parecer un contransentido me pagan por ser mala. Ya sabéis que este blog es anónimo, así que no puedo dar más detalles sobre mi curro, pero básicamente consiste en tocar las pelotas al personal todo lo que pueda. Cuanto más las toque, mejor que mejor.

Así que el Papa diga que yo no soy digna de procrear pues es todo un reto. ¿Quién es él para decidir lo que es digno o no? Si lo tuviera delante le diría lo mismo que  una conocida del Opus cuando me dijo que ella sólo estaba a favor del sexo para tener niños: "No, si yo cuando me acuesto con mi novia no pongo métodos anticonceptivos y lo intento, pero mira tú por dónde que los niños no vienen".

Moraleja: zapatero a tus zapatos.

P.D. No sé por qué para hablar de los pecados me ha dado por buscar una ilustración sobre la lujuria. La que he metido la he sacado de esta web.

jueves, febrero 16, 2012

A vueltas con los matrimonios

Llevo unos meses desconectada de este blog. ¿Para qué negarlo? Sólo hay que mirar la fecha de los últimos posts para darse cuenta de ello. El listado de obligaciones que me he marcado me apartan de la militancia bolleril y me llevan por otros lares más místicos, etéreos y más en contacto con mi ser superior, elevado. Pero para mí que de tanto estar en ese ser superior me voy a pegar una torta de esas gordas, así que volver a escribir aquí se vuelve el antídoto ideal a mi misticismo.

Además me temo que, tal y como está la nación, es necesario volver a la militancia más beligerante para que no nos tomen por sopa. Cuando aludo a ese "no nos tomen" me refiero por supuesto a ellos, a esos que nos gobiernan desde hace unos meses y no quieren llamar a nuestros matrimonios como tales porque estarían contradiciéndose a ellos mismos.

Tiene tela: ¿Alguien sabe cuántos gays puede haber en el PP? Me juego el cuello a que son muchos, muchísimos, demasiados, para que a estas alturas dejen de hablar de matrimonios. Creo que es necesario que protestemos, que pataleemos y que demos el coñazo hasta la saciedad porque muy capaces son de quitarnos un derecho que ya tenemos adquirido y que tanto trabajo ha logrado conseguir.

¡A las barricadas!