viernes, mayo 29, 2009

Estoy de vuelta

Pues eso: que tras tres meses de silencio ya es hora de volver a aparecer por aquí, digo yo. Pero es que entre cambios estructurales en el trabajo (con nuevo horario y con más responsabilidades) y el descontrol que ello lleva implícito, la vuelta de mi novia a la casa (ha estado más de dos años fuera de gira por Andalucía por motivos laborales) y las obras (sí, somos muy valientes, incluso inconscientes, diría yo) no ha habido manera de hincarle el diente a este, hasta no hace mucho mi blog.


Ahora retomo esa labor autoimpuesta de verter aquí mis ideas, dudas, pensamientos críticos, humorísticos y cualesquiera otras historias que surjan para compartirlas con todas vosotras. Y vosotros, porque supongo que algún lector sí que habrá por ahí perdido.


Y lo primero, pues es lo primero, aunque llegue tarde. Y lo primero no puede ser otra cosa que comentar el final de mi serie preferida, esa de la que soy tan freaky que me he puesto la sintonía como melodía del móvil. Sí: ahora me llame quien me llame suena esa musiquita que tan bien conocéis (conocemos)... This is the way, it's the way that we live... And love... Yes, yes... Todavía nadie me ha preguntado en el curro que qué es esa música y cuál es el motivo que me ha llevado a que cambie mi manida sintonía de La pantera rosa por esa melodia. Ya llegará el día...


Mientras tanto, sí que puedo asegurar que la última temporada de The L Word ha hecho que sea un poco menos fan de la serie. ¿Pero cómo han podido dejarlo todo tan abierto, por mucho spin off que vayan a hacer o por mucha peli que quieran vender? Tremenda indecencia y tomadura de pelo para nosotras, grandes seguidoras, que nos hemos cargado la friolera de seis temporadas siguiendo las aventuras de toda la pandilla.


Lo que sí ha sido un gran acierto, debo decir, ha sido cargarse a Jenny... ¡Bien! Si no encuentran a la asesina, yo me ofrezco de voluntaria... Y eso sí: para la eternidad lésbica quedará una frase: "Eres más mala que Jenny Schecter".