martes, mayo 22, 2012

¿Guetos?

Una caña, ya se sabe, puede dar para mucha conversación. Pues imaginaos para cuánta conversación puede dar una ruta de la tapa enterita. Y más si se hace acompañada por uno de estos mariquitas lengüetones con necesidad compulsiva de ser el centro de atención. Éste en concreto, evito dar nombres que el mundo de  internet puede resultar muy pequeño, quiere promover en el pueblo la creación de un barrio específico para homosexuales.

Entre pincho y pincho de tortilla y de chorizo con compota de manzana (¿a que es una mezcla rara? Y un tanto explosiva para el estómago) nos ha contado a sus acompañantes que la idea sería hacerle la competencia a Torremolinos y promover un súper barrio gay en un pueblo cercano, también de la Costa del Sol que estaría justo al lado de una de las playas más ambientadas de la zona.

"Algo con mucho estilo. Torremolinos para salir y mi barrio para residir", ha remarcado. Asegura que ya hay gente con ganas de invertir en montar negocios de ambiente por allí, así que, quien sabe, igual dentro de poco la tapa de chorizo con compota de manzana nos la comemos en la ruta de la tapa de ese fantástico nuevo barrio costasoleño consagrado al turismo gay y servido por un camarero macizorro semidesnudo, perfectamente bronceado y hasta con el gaznate tatuado en lugar de por la camarera del bar de la esquina que siempre nos invita a una cañita extra cuando vamos a pagarle.

Pero lo interesante no es el proyecto: lo interesante es el debate que ha surgido al hilo de la idea: "Pues a mí me parece muy mal eso de crear barrios de ambiente. Eso son guetos", ha protestado una de las colegas que venía en el grupo ¿tapero estará bien dicho? Creo que no, porque acaba de marcármelo en rojo el corrector, pero yo lo uso, porque de tapa, pues tapero, ¿no?

Yo hace unos años igual no hubiera estado de acuerdo con ella, pero a estas alturas sí que lo estoy. Con los matrimonios -de momento- legalizados y con una normalización total en la sociedad, ¿realmente es necesario aislarse en barrios? Siempre he estado a favor de la suma y no de la resta. Es normal que los iguales tiendan a juntarse: hay bares de moteros, a los que van aficionados de tal o cual equipo de fútbol, zonas residenciales en las que viven parejas jóvenes con niños... Es normal y natural en el ser humano agruparse y está bien, porque el grupo da seguridad, pero lo que no me gusta es que ese grupo se convierta en algo aislado, en un fin en sí mismo.

Así pues defiendo la libertad. Y yo, por mi parte, pues seguiré yendo al bar de la esquina a tomar la cañita y a relacionarme con los heteros convencidos, con los heteros dubitativos, con gays lengüetones y con quien se presente por allí. La vida está para vivirla.