Es la segunda vez que escribo este post. La primera se me borró. ¡Mierda! Éste es uno de los problemas que da tener doble personalidad: si tengo abiertos a la vez Blogger y mi cuenta personal de gmail -la de mi persona auténtica, claro-, al final Blogger revienta y mi última hora de trabajo no ha servido para nada. En fin. Así que si véis este post menos fresco que el resto, se debe a que está reescrito.
Una vez superada la fase 'muro de las lamentaciones', retomo el post, que va sobre muñecas. Lo confieso, yo nunca he sido de jugar con muñecas. No sé vosotras, pero cuando pequeña era más de gamberrear: me dedicaba a medrar por el barrio para encontrar niños con los que jugar al fúbol, dar paseos en bicicleta o con las que hacer pandilla para pegar a los niños de otro barrio, tirar petardos en papeleras o llamar a los timbres de los vecinos para fastidiarles la meriende. Mis Reyes más frustrantes fueron aquellos en los que mis tíos me regalaron un muñeco que era idéntico a un recién nacido al que ahogué con un cojín. Si yo lo que quería era el barco pirata de los clicks.
La única vez que recuerdo haber jugado con gusto con una muñeca fue cuando me dediqué a destripar una muy mona, con un vestidito verde, que tenía la virtud de pasear empujando un carrito con un bebé. Yo, con el consiguiente sofocón de mi madre, quería ver cómo funcionaba aquello. Y vaya si lo hice: lo malo es que, por mucho que me esmeré, aquella tipa jamás fue capaz de volver a empujar el carrito de su bebé con la constancia y la dedicación que lo hacía antes de mi intervención.
Si alguna vez jugué a las muñecas fue asumiendo el papel de Ken, el novio de Barbie, pero jamás le pillé el tranquillo a aquel juego tonto. ¿Mi infancia hubiera sido diferente con las DYKEdolls, algo así como las muñecas tortilleras? Pues es posible. Hay tres diferentes: la vaquera, la rockera y la Diésel, un híbrido entre una camionera, Lara Croft y nuestra deseada Shane. Ésa es la que aparece en la foto de arriba y con la que yo me quedo, que huyo de lo clásico y siento una atracción especial por lo más urbanos. Los únicos accesorios que traen, con independencia del modelo, son un vibrador y un arnés con un dildo.
¿Os imagináis a una de estas muñecas tortilleras jugando a las cocinitas con Barbie? Ja, ja... Definitivamente, mi infancia hubiera sido diferente: ya me veo a mi DYKEdolls Diésel en el coche descapotable de Barbie para acabar en su dormitorio rosita haciendo uso de los accesorios que traen esas muñecas bolleras... Y después, a patinar, que creo que también hay una Barbie patines, ¿no? Y para reponer fuerzas, pues nada mejor que cocinar una gran tortilla en la cocina de la rubia tonta. ¡Habrá que hacer honor al nombre de estas muñequitas!
P.D. El post que acabo de escribir no tiene nada que ver con el que se me morró hace media hora. ¡Esto es lo que tiene la creatividad y los fallos informáticos!
16 comentarios:
Los juguetes marcan mucho en la infancia, demasiado sexismo. Todavía recuerdo cuando no me dejaron apuntarme a "futbito" porque las niñas no se podían apuntar ¬¬
Madre mía ya no saben qué inventar.
Serán la caña pero entre el precio y que a mí me parecen feas...me quedo con mi infancia de "nenucos" jajaja.
Yo de chica era una cafre: hice taekwondo, kárate, fúbol, balonmano, judo, natación, tenis... Todo lo más 'heavy'...
Buenas!!...una nueva adepta a este original y creativo blog, espero ser bienvenida...
Yo prefería eso de jugar a "boinas verdes", juego inventado por los cafres que nos juntábamos en fines de semana, vacaciones, etc., mientras nuestros padres se entretenían en beber alguna que otra cervecita...o a los GI JOE, esos muñecos bélicos que en la vida me iban a comprar a mí y sólo tenía un amigo, y nos peleabamos por cogerlos...En fin, que me enrollo, un placer y espero seguir leyendo estas locas ocurrencias!!!...
Anónima, por supuesto que eres bienvenidas... Como decía un profesor mío de la Facultad, "contri más seamos, mejó"...
Por cierto, Anónimo, yo también era de juegos bélicos, aunque con la edad han ido cambiando mis gustos y cada vez me inclino más por jugar a los médicos o similares. Como que da más morbo, ¿no?
Pues la verdad que morbo da, pero como las pruebas que nos poníamos de revolcarnos por el barro,bañarnos en la piscina,y ya no te digo si te herían!, tambien tenía su aquel...jeje
El post yo lo veo fresquísimo como una lechuga...je,je...yo jugaba con la muñecas a guarrear y después me encantaba fastidiar a mis cuatro hermanos mayores quitándoles sus cromos de fútbol, Lowana siempre me estaban pegando. La verdad, voy un poco perdida con esas nuevas muñecas pero la imagen que has colgado es chula. ¡Bonita infancia la tuya!
Un besazo maja.
Pues yo sí tuve mi época de muñecas. MUÑECAS siempre. Nunca muñecos. La Nancy era tan guapa...La besaba en los labios. Besos larguísimos. La tomaba en mis brazos y la besaba. La desnudaba. Pero, es que era la Nancy monja!! Era de verdad muy placentero.
Norma, pues sí que mi infancia moló: me lo pasé muy, pero que muy bien. También jugaba a ser policía y llevar una pistola escondida para sacarla cuando me hiciera falta. De esa época tengo anécdotas chulas.
Marta, como eso de besar a la Nancy tiene que tener morbo... Y hablando de morbo, totalmente de acuerdo contigo, Anónimo, eso de revolcarse por el barro y la piscina tiene que ser lo más de lo más. Eso sí, que el agua no esté demasiado fría; mejor calentita tipo jacuzzi.
confieso que mi historial de juegos infantiles se parece mucho al tuyo...
sera una señal?
Seguro, Bea, seguro.
Leyendo el post y vuestros comentario ya sé por qué soy bi y no lesbiana total. Yo, de pequeña, jugaba al fútbol con los niños de mi barrio (tengo unos pedazo gemelos...), siempre tenía las rodillas llenas de mierda de jugar a las canicas o a las chapas y le pedía a mi madre que me comprase coches y muñecos del "Pressing Catch". Y mi madre me los compraba porque siempre han sido muy abiertos respecto a eso y me he criado siempre en un entorno bastante liberal.
PEEEEEEEEEEEEERO! Me encantaban las Barbies, los Nenucos, las cocinitas y me moría con mi "Diseña La Moda". Si es que no lo podía remediar, de pequeña ya apuntaba maneras de "semibollito"... xD
Las muñecas estas no me gustan, la verdad. Estereotipadas al máximo para mi gusto... Pero un post genial, me ha hecho recordar cosas bonitas de mi infancia. ^^
Lo mio y las muñecas es amor odio ; los que me las regalaban las amaban y yo las odiaba.
Buen comentario este último de 40añera ;)
Mucho mejor los juegos físicos que las muñequitas, pero lo que más me gustaba eran los juegos de construcciónes, el mitico "tente"
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