Leo un reportaje en el periódico El Mundo sobre la violencia doméstica entre homosexuales. Existir, existe, viene a decir. Y el Ministerio de Igualdad mira para otro lado, ese el de la miembra Aído, mira para otro lado, viene a decir también. Supongo que no somos tan diferentes. Supongo también que a El Mundo le apetecía también meterle el dedo en el ojo a la ministra menos valorada del Gobierno.
Sigo leyendo el periódico y me topo con el nuevo obispo de Málaga, Jesús Catalá Ibáñez, el que sale en el centro en la fotografía de la derecha. "Si dicen en sus periódicos que estoy en contra de los homosexuales, mentirán", dicen varios titulares. Este hombre incluso declara que tiene "cariño" a los homosexuales, como personas, porque en lo que respecta a la valoración moral que tiene de su orientación sexual se remite a lo que dice San Pablo.
Y ahí va sólo una perlita de lo que dice San Pablo: "De la misma manera, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se encendieron en sus pasiones desordenadas unos con otros, cometiendo actos vergonzosos, hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución que corresponde a su extravío". "Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, los entregó Dios a una mente reprobada, para hacer lo que no es debido". "Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad. Están repletos de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención". "Son contenciosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de males, desobedientes a sus padres, insensatos, desleales, crueles y sin misericordia".
¿Hubiera sido ético que los periódicos titularan con que el nuevo obispo de Málaga considera que los homosexuales tienen una mente reprobada y están repletos de envidia y de mala intención, tal y como lo consideraba San Pablo? Yo creo que sí. Aunque siempre sabiendo que a Catalá Ibáñez no le dolería mostrar la primera noticia, esa de los malos tratos publicada en El Mundo, para defender a capa y espada las tesis de San Pablo, por mucho cariño que nos tenga y por mucho que rece para hacernos hallar el camino de la salvación, salvación que, por otro lado, a mí me trae al pairo.
3 comentarios:
Pero ¿ qué credibilidad puede tener un tío vestido con un mantel de campo y una mañanita de monja entre dos monaguillos entrados en años?
En verdad, en verdad, te digo que lo que opinen ciertos sectores no es que me traiga al pairo, es que me lo paso, directamente por el arco del triunfo. Y, a mí, que no se atreva a "tenerme cariño" semejante sinsorgo, que ni se lo he pedido ni lo quiero para nada. Ea.
Lleváis las dos razón, pero me mola ejercer mi derecho al pataleo. Por cierto, Mármara, me apunto lo de "sinsorgo". Por el sur no se usa esta palabra y no la había visto hasta ahora. Así que, tras consulta en la RAE para ver qué significa, me la apunto.
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