Todo tío que se precie piensa que a las lesbianas nos gustan las mismas tías insulsas que a ellos. Sí, esas canijazas tipo modelazo que sólo lucen tetas y candidatas a desarmarse en cualquier momento. Habrá a las que les guste este tipo de tías, no lo niego, pero no es mi caso: a mí me molan las tías cachas, sí, esas que ahora se pasean por la pista del estadio olímpico de Berlín marcando bíceps, exhibiendo abdominales y enseñando tatuaje.
No sé por qué pero las atletas me ponen. También me gustan, of course, las intelectuales tipo Bette Porter luciendo traje de chaqueta, no lo niego, pero una tía lanzando peso tiene, ¿cómo lo diría?, algo de primario, de animal, algo que roza lo radical. Además me divierte que los tíos se sientan asustados ante ese tipo de mujer: me consta que la mayoría en cuanto están delante de una tía con más bíceps que ellos se sienten desarmados.
Por supuesto que hay tías atletas y tías atletas, pero ahí arriba dejo la foto de la campeona del mundo de lanzamiento de peso, Valerie Vili, neozalandesa y con un algo que no sé. Seguiré al acecho durante este campeonato del mundo, a ver si tengo suerte y realizo otro hallazgo similar a Vili. Se admiten sugerencias.